lunes, 6 de julio de 2009

¿Qué se puede hacer cuando te encuentras...esto?

Cuando llegamos a esta casa, nos encontramos el panorama siguiente en la cocina: los muebles, verde caqui eran de conglomerado y estaban chapados de formica, la cocina era dle año de la tana, y el empapelado de un plástico esopumoso, tenía colores pardos y sucios que no cambiaban desde los años setenta y que, en algunos tramos, aparecía depegado y colgando. Todo esto regado con la fría luz verdosa de los neones, tan habitual en las cocinas de hoy en día.
Arreglarlo no fu caro ni difícil, basta con tener la idéa. Sim enbargo arrancar aquel papel si que fue laborioso. Gracias a dios los azulejos de abajo eran los cuadrados blancos de toda la vida. Eso nos sugirió pintarlos de rojo, color opuesto al verde de los neones y que, opuestamente a como se ve bajo el flash de las fotos ( la cocina era interior y casi no tenía luz natural), la suma de los dos colores daba un marrón rojizo bastante cálido. Mis conocimientos de pintura y fotografía me ayudaronn en ésta labor.
De esto tengo que subrayar que, cuando decores una estancia, no desvalorices la importancia de la ILUMINACIÓN.




Y así quedó después de arrancarle el papel a tiras y encajar en otro sitio los horrendos muebles que ( sin puertas) se conviertieron en unas estupendas estanterías para el taller de trabajo.
Al ser la cocina tan estrecha y alargada decidimos poner estantes que debido a su delgadez no colgaran encima de nuestras cabezas, y como digo en algún otro de mis proyectos, sobre todo en la cocina, el objeto de uso cosntituye al mismo tiempo el objeto de adorno. No llenes tu cocina de armarios pesados y horrendos que estrechen el espacio. Los tarros de vidrio, barro, latas decorativas etc son una opción barata para ir haciendo una colección donde guardar los productos de cocina, y los hay apropiados para casi todo. Los transparentes son ideales para la pasta y las legumbres, que alegrarán la cocina con su colorido. Y lo que no sea vistoso: pastillas de caldo, sobres de sopa, quedarán estupendos en latas y tarros de cerámica que armonicen entre ellos.
El color rojo de esta pared compensa la dominancia verde de los neones y con ello, se matiza. El envejecido lo hace menos brillante convietiendo un lugar de paso y dudosa estética en un ambiente cálido y acogedor, transformado con pintura para azulejos y un poco de betún de judea.


¿Alguien puede creer que este mueble haya cambiado tanto?

Estaba en el pasillo y pasó a formar parte de la cocina. Era color burdeos oscuro, adornado con una espantosas molduras y unos medallones de plástico en los que se enmarcaba una porcelana circular con una calcamonía con motivos rococó. Creo que concretamente la doncella en el columpio junto al pastorcillo.
hubo que lijarla por completo y cambiar el feo marmol superior por un tablero de madera. Los tiradores se cambiaron por tiradores de concha color bronce y la madera ya limpia se tiño de color roble. en suma, con sus particularidades y manchas propias de una madera envejecida, quedó un mueble digno y agradable, que además nos ayudaba a aprovechar un espacio para apoyar cosas en una cocina que no poseía más de dos metros de ancho.

En concreto, se haya apoyado en la pared de enfrente a la cocina, un lugar, realmente de paso entre el pasillo de la entrada y el patio interior.





Una mesa de centro totalmente artesana

Esta mesa de centro está diseñada especialmente pare el estrecho espacio que separaba en este salón, la tele del sofá. Dado que era una mesa cuyo uso debía ser contínuo y en la que se debía de poder comer y escribir, tiene una altura superior a una mesa de centro corriente, al mismo tiempo que es más estrecha y, para compensar esta deficiencia, más larga. Está realizada con tablones gruesos y cuadrados y rematada en las esquinas con unas monedas chinas de color bronce




reciclando cajoneras de bambú

Quien no ha visto alguna vez el típico mueble forrado con trozos de caña de bambú barnizadas de amarillo? Este incluso tenía tiradores de madera amarilla, y si nó, comprobadlo en la fotografía superiorde esta entrada.
Pues nosotros conseguimos dos.
La cuestión era como darles un aspecto con clase a dos cajoneras tan feas: la solución nos la dieron los muebles de estilo colonial.
Una de ellas, destinada a la habitación principal fue lijada y teñida de marrón.
( fotografía abajo a la derecha), y la que más me gustó.

Junto a ella hay un espejo muy alto y estrecho procedente de un armario de saldo, y una cesta cuya de mimbre cuya tapa está realizada en cuerda y papel maché sobre una tapa quesera de rejilla. ¿La función de esta cesta de inspiración árabe? Guardar bufandas y foulards




La otra cajonera, fue teñida en tonos verdosos y a ambas se les destinaron tiradores de bronce como los que debieron llevar en la época colonial. ( las dos fotografías en la esquina inferior izquierda) El resultado es espectacular si uno las ve de cerca, y el esfuerzo económico ...minimo



toallero original

Un rincón insólito para un toallero?
Cuando el cuarto de baño es pequeño no te quedan muchas opciones, y éste era un rincón desaprovechado. Una moldura que había caído en mis manos por casualidad y un estante de sobra resultante de unas estanterías me dieron la medida perfecta para acomodar estas toallas teniéndolas a nuestra disposición en el baño.



botiquín de campaña

Si antes teníamos una caja de jamones convertida en un zapatero, aquí tenemos una de vinos convertida en un botiquín de campamento colonial. El tratamiento fue inusualmente facil. Le pintamos una cruz roja, la envajacimos con arañazos y la colgamos en el baño.




perchero Land Art

El perchero más reciclado del mundo: Me gustó la textura de estas dos tablas viejas. Así de simple. El pequeño espejo, casi sin reflejos, procedente de algún viejo botiquín de baño, me sedujo por sus bordes desgastados. Creí que lo más adecuado para integrarlo con las tablas era atarlo con cuerdas, y para hacer contraste los elementos de colgar se los puse de bronce. El resultado, extremadamente sencillo, llama la atención por su originalidad y a los invitados les resulta encantador. Es un perchero Land-art.





cajonera

Cuando nos la encontramos en la calle estaba pintada con pintura plástica y brillante de color crema. Hasta los tiradores de madera estaban pintados de ese color horrendo y además le habían pegado algunas calcamonías de margaritas. Por suerte la salvamos de un destrozo seguro. La lijamos y teñimos con un tinte que la envejeciera y le pusimos unos sencillos tiradores de bronce.



un perchero-armario hecho con cuerdas





Dos cuerdas y una barra son todo lo necesario. Bueno, y unos ganchos para colgar el peso del techo.
La idea de taparlo con una piel fue para darle uso a la que ya teníamos, procedente de Finlandia. Una solución fácil y barata cuando uno tiene pocos muebles.
El armario de al lado es una antigüedad que perteneció a unos amigos, y que a su vez pudo pertenecer al conocido poeta madrileño Pintor Rosales, que vivió en el mismo edificio que los
generosos donantes del armario, y que salía dibujado en un libro de poemas del autor.

¡¡un zapatero en una caja de jamones!!



... Pues sí, es una caja de jamones. Alaska-Tombouctú era la ruta de nuestros sueños y decidí decorar su frontal con estas letras para darle un aspecto más colonial porque esto, no lo duden señores, es una forma muy econónica de hacerse un zapatero para chanclas y sandalias. Un tinte envejecido fue el toque final de este embalaje que terminó por convertirse en mueble